Propiedades de la redacción.
Adecuación.
Es el conocimiento y el dominio de la diversidad lingüística. La lengua no es uniforme ni homogénea, sino que representa variaciones según diversos factores: la geografía, la historia, el grupo social, la situación de comunicación, la interrelación entre los hablantes, el canal de comunicación, etc.
Ser adecuado significa saber escoger de entre todas las soluciones lingüísticas que te da la lengua, la más apropiada para cada situación de comunicación.
Características:
El emisor se adapta al receptor.
El emisor se adapta al contexto espacio-temporal.
Respeta el tono idiomático, nivel coloquial, vulgar, culto, académico, etcétera.
Asume las normas del grupo social, respeto de los tabús, selecciona las palabras.
Respeta las normas de cortesía vigentes entre los interlocutores.
Coherencia.
Es una propiedad interna de los textos que se manifiesta cuando los elementos que lo componen se encuentran conectados entre sí formando un todo.
Se consigue con la unidad temática (todos los enunciados que componen el texto deben tratar sobre el mismo tema) y con la ordenación lógica de los enunciados que componen el texto.
Condiciones de la coherencia:
Unidad formal, organizada en párrafos.
Unidad de sentido, todos los enunciados del texto están en relación con la idea principal.
Características:
Unidad de las partes del texto.
Orden en las ideas.
Progresión temática, o hilo conductor.
Ejemplo:
a. Rodrigo escribe cartas mientras Cristina lee el periódico.
b. Graciela debe haberse ganado la lotería. Ayer la vi manejando un auto último modelo.
c. No creo que venga Pedro, está demasiado cansado. Además, vive muy lejos de aquí.
Cohesión.
Es la conexión de los elementos lingüísticos del texto que se relacionan entre sí para conformar el texto.
Características:
Unión de expresiones y oraciones que integran un párrafo.
Los elementos de unión, el sujeto, conjunciones, preposiciones, signos de puntuación, uso de sinónimos, adverbios, etcétera.
Ejemplo:
1. Félix come manzanas. Él las prefiere a las naranjas pues éstas son ácidas, mientras que aquéllas suelen ser dulces.
2. Se ha cumplido con la totalidad de las tareas propuestas; Sin embargo, la calidad del producto no es del todo buena. En consecuencia, debemos poner en marcha un plan de contingencia. Asimismo, es necesario que consigamos apoyo de autoridades y organizaciones. En primer lugar, es fundamental que consigamos los datos de contacto.
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Prototipos textuales de la redacción.
Siempre que hablamos o escribimos agrupamos las palabras y oraciones en textos. Los textos son actos completos de comunicación. Pueden ser orales o escritos, y pueden tener diferentes intenciones comunicativas, como informar, explicar, convencer, narrar, divertir, etcétera.
Si, por ejemplo, contamos algo a alguien, lo hacemos utilizando un tipo de texto que se llama narrativo; si explicamos cómo es una persona o un lugar, el texto será descriptivo; y si hablamos con los demás, el resultado es un diálogo.
Cuando deseamos presentar nuestras ideas en clase, el texto que usamos es expositivo; y si intentamos convencer a otra persona de nuestras ideas, deseos, opiniones... emplearemos un texto argumentativo.
Veamos ejemplos de cada uno de estos tipos de textos:
Texto narrativo.
Narración es el relato de unos hechos –que pueden ser verídicos o imaginarios– ocurridos en un tiempo y en un lugar determinado. El principio de la acción es el que rige a los textos narrativos: contamos los hechos ocurridos a lo largo de un tiempo y espacio, de manera que al encadenarse unos con otros logran una nueva significación.
Elementos de la narración Son fundamentalmente cuatro: acción (lo que sucede), tiempo (cuándo sucede), caracteres (personajes que la realizan) y ambiente (medio en que se produce dicha narración):
La acción. El movimiento es uno de los elementos de toda narración, ya que de forma progresiva enlazamos una escena con otra hasta llegar al desenlace. Pero esto ha de lograrse con habilidad, de modo que excite y mantenga el interés y la curiosidad del lector, porque es en el aspecto psicológico donde descansa el verdadero arte de narrar. El orden resulta importante, ya que el desorden confunde al lector. Así, la estructura más simple del texto narrativo será aquella que exponga los sucesos según su desarrollo cronológico, presentando los diferentes personajes conforme vayan apareciendo en la historia. Así, la estructura de la narración suele dividirse en tres partes: exposición (presentación de hechos, personajes y ambientes); nudo (desarrollo del conflicto) y desenlace (solución de la situación planteada).
El tiempo. En toda narración existen dos clases de tiempos: aquel en el que se desarrolla la historia o la fábula, y aquel otro en el que se desarrolla la intriga o relato.
Los caracteres. En toda narración se cuentan hechos en los que intervienen personas, aunque también puede darse el caso de que aparezcan animales o cosas personificadas con cualidades humanas (por ejemplo, en las fábulas). En el proceso de creación de los personajes el autor ejerce una labor meticulosa de observación, introduciéndose dentro de su personaje y presentándolo como un ser vivo, capaz de motivar y ser motivado, de sufrir y hacer sufrir, con todas las contradicciones, vicios y virtudes propios de un hombre de carne y hueso.
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En la mayor parte de las ocasiones, los rasgos físicos y psicológicos del personaje se reducen a los más significativos y definitorios de su carácter y condición, pues su personalidad se irá revelando conforme avance el relato.
El ambiente. En el desarrollo del carácter humano influyen múltiples factores de orden fisiológico, sociológico o hereditario. Pero, además, el hombre está condicionado por las circunstancias que lo rodean, por el ambiente histórico y social en el que vive: el medio contribuye a modelar su moral y su psicología.
Es esta la razón de la importancia del ambiente dentro de la narración, y es que la creación de un buen marco espacio-temporal le da a lo narrado un fondo de autenticidad, una tercera dimensión, que de otra forma no lograría.
Como es lógico, los tres elementos citados, acción, caracterización y ambiente, no tienen que estar necesariamente equilibrados en una narración. Habrá siempre un elemento que predomine sobre el otro, según la narración y el punto de vista del narrador.
Ejemplo de narración:
La ola que se lanzó sobre mí enseguida, me sepultó instantáneamente en su masa, a veinte o treinta pies de profundidad, y me sentí arrastrado un largo rato con poderosa fuerza y velocidad hacia la orilla; pero contuve la respiración y me ayudé nadando con todas mis energías en esa misma dirección. Estaba a punto de estallar por el esfuerzo de mantener la respiración, cuando sentí que me elevaba, y con inmediato alivio salí a la superficie con las manos y la cabeza fuera del agua.
Descripción
El texto descriptivo consiste en la representación verbal real de un objeto, persona, paisaje, animal, emoción, y prácticamente todo lo que pueda ser puesto en palabras.
Este tipo de texto pretende que el lector obtenga una imagen exacta de la realidad que estamos transmitiendo en palabras, una especie de “pintura verbal”.
Es muy importante diferenciar dos tipos de descripción: la técnica y la literaria. Entre ambos hay muchas diferencias:
– En la descripción técnica es fundamental que la objetividad siempre sea respetada para que la información no sea distorsionada por algún punto de vista u opinión. El lenguaje que utiliza es frío, con palabras técnicas que sólo apuntan a explicar una característica de lo que se intenta representar.
– En la descripción literaria se da lo opuesto, privilegiando la subjetividad del autor y el uso de palabras para generar una estética agradable. Importante también, es aclarar que la realidad que nos describe el escritor puede haber salido de su imaginación, y ser perfectamente un texto descriptivo, dado que, al fin y al cabo, se trata de una realidad: la suya.
Exposición.
El texto expositivo es el discurso que transmite información, a un público objetivo masivo o especializado, mediante la lectura objetiva de los datos y con explicaciones donde correspondan.
Son textos expositivos (o explicativos como también se les llama) manuales, enciclopedias, revistas de carácter científico, artículos divulgativos, reglas de juego, etcétera.
En estos textos, reconoceremos ciertos elementos que casi siempre estarán presentes: hay un concepto central e información complementaria, generando una estructura ordenada (presentación, desarrollo y conclusión); hay una finalidad, generalmente de dar a conocer algo e instruir; el emisor puede ser individual o colectivo; el receptor debe ser capaz de comprender el texto ya sea porque el mismo apunta a un sector determinado o porque posee las aclaraciones requeridas; debe prevalecer el carácter objetivo; no debe haber ambigüedad, siendo imprescindible la claridad de conceptos; habitualmente, el tiempo elegido es el presente.
Argumentación.
El texto argumentativo tiene un claro objetivo, que es convencer. Para ello, el emisor hará uso de distintos elementos que apoyen sus ideas, como datos, opiniones, pruebas, etc.
Estos serán sus argumentos. La tesis será la visión que el emisor quiere ver aceptada por el receptor.
Existen diversos tipos de argumentos que el emisor puede usar para persuadir al receptor. Los principales son:
- Analógico: Compara un punto de vista con otro similar, para lograr una mejor comprensión.
- Autoridad: Utiliza el prestigio de alguien que sea una autoridad en el tema o intelectualmente, reproduciendo su opinión.
Diálogo.
Los textos dialogados son aquellos donde dos o más interlocutores intercambian información.
La conversación es la forma cotidiana de comunicación entre las personas. Se caracteriza por el uso espontáneo de la lengua oral, por su inmediatez y porque los interlocutores alternan como emisor y receptor y se influyen mutuamente.